Comenzar el cambio
Sanar la inseguridad no consiste en borrarla, sino en comprender qué está intentando proteger.
Cuando la inseguridad aparece, en lugar de luchar contra ella, detente y pregúntate:
“¿Qué parte de mí está intentando proteger?”
“¿Este miedo tiene que ver con el presente o es un eco del pasado?”
Identificar si lo que sientes es algo externo (desencadenado por el momento) o interno (arraigado en una creencia antigua) ya crea distancia. Dejas de estar dentro de la inseguridad y pasas a observarla. Ese es el primer paso hacia la libertad.
Después, incluye al cuerpo en el proceso: respiración lenta y consciente, sentir los pies en el suelo, colocar una mano en el pecho para recordarte que ahora estás a salvo. Estos pequeños gestos calman el sistema de alarma y hacen posible un cambio más profundo.
A partir de ahí, terapias que trabajan en la raíz subconsciente del problema —como la Rapid Transformational Therapy®— pueden ayudar a descubrir y transformar las creencias que originaron la inseguridad. El objetivo no es eliminar la vulnerabilidad, sino restablecer la confianza entre tu mente consciente y tu mente subconsciente.